viernes, 24 de febrero de 2012

MARÍA EN LA CUARESMA

Al llegar la Cuaresma, es costumbre generalizada entre nuestras hermandades el vestir a sus imágenes marianas con el clásico y sevillano atuendo de hebrea. Esta idea surgió en la Sevilla de los años 30 de una figura genial, como lo fue el bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda; éste vistió de hebrea por primera vez a la Virgen de la Hiniesta, de la hdad. del mismo nombre. Pronto se hizo popular en Sevilla, y se extendió fuera de sus propias fronteras a otras ciudades andaluzas y españolas. A Fernán Núñez tal vez no sean más de 20 años años que hacen desde su llegada, pero es cierto que se ha convertido ya en todo un clásico. Al ver a una imagen de la Virgen ataviada de hebrea enseguida caemos en la cercanía de la Semana Santa, y a la vez nos hace meditar de la sencillez y el despojo que deben caracterizar a la Cuaresma.

Este atavío se compone generalmente de saya roja de terciopelo, lisa, sin bordados; tocado de tul o tela blanca; fajín a base de rayas hebreas, y manto azul de raso o terciopelo con vueltas en blanco; la corona es sustituida ahora por un simple aro de estrellas o una diadema en su defecto. Su extrema sencillez nos recuerda sutilmente al atavío de las mujeres hebreas, y nos advierte de la necesidad de ser austeros, al menos en el tiempo cuaresmal.




Mª Stma. de la Hiniesta (Sevilla) Fue la primera imagen en ser vestida de Hebrea, por Juan Manuel Rodríguez Ojeda. En esta imagen vemos la talla que realizara Antonio Castillo Lastrucci en 1933 para sustituir la que anteriormente fue quemada por las Hordas Marxistas en Mayo de 1932; tres años más tarde esta imagen volvería a ser quemada, y el mismo autor realizó otra imagen similar, que se conserva hasta la actualidad. Tal vez por ser la primera en vestirse de hebrea, este atuendo se ha convertido en todo un clásico para esta hdad, tanto así que incluso llegó a procesionar el Domingo de Ramos vestida de esta manera en los años 60 del pasado siglo XX. 





Pronto esta costumbre se traspasó a otras hermandades, y el propio Rodríguez Ojeda la llevó a la misma hdad. de la Macarena. En esta fotografía vemos un atavío de los años 30 del pasado siglo XX, el cual ha evolucionado notablemente hasta nuestros días. 


Habrá que esperar a los años 60 y 70 del siglo XX para que los Hermanos Garduño definan el vestir de la Esperanza Macarena. Ellos le otorgaron personalidad propia en su atavío, y así perfeccionaron el atuendo de hebrea, haciéndolo mucho mas artificioso y milimétrico. Con algunas variaciones, este es el modelo que se ha exportado a la práctica totalidad de nuestras cofradías, y el que permanece en la actualidad en dicha hermandad sevillana. 



La influencia de Sevilla, por suerte o desgracia, es notoria en todos los aspectos cofrades que nos rodean. Desde finales de los 80 y principios de los 90 Fernán Núñez ha sido testigo de cómo algunas de sus Dolorosas más queridas son ataviadas a la usanza hebrea. La Hermandad del Calvario o los Dolores, entre otras, serán una de las primeras en otorgar a sus imágenes un sello nuevo, cargado de sevillanía, que ha acabado convirtiéndose en una tradición. 

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