viernes, 8 de abril de 2011

OCTAVA ESTACIÓN

JESÚS CONSUELA A LAS SANTAS MUJERES DE JERUSALÉM



V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Pues por tu santa cruz redimiste al mundo.



Mientras muchos espectadores se divierten y lanzan insultos contra Jesús, no faltan algunas mujeres que, desafiando las leyes que lo prohibían, tienen el valor de llorar y lamentar la suerte del divino Condenado. Jesús, sin duda, agradeció los buenos sentimientos de aquellas mujeres, y movido del amor a las mismas quiso orientar la nobleza de sus corazones hacia lo más necesario y urgente: la conversión suya y la de sus hijos. Jesús nos enseña a establecer la escala de los valores divinos en nuestra vida y nos da una lección sobre el santo temor de Dios.

FOTO: F.G.SANMIGUEL (http://www.hermandaddelapasion.org/)

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