Al llegar la Cuaresma, es costumbre generalizada entre nuestras hermandades el vestir a sus imágenes marianas con el clásico y sevillano atuendo de hebrea. Esta idea surgió en la Sevilla de los años 30 de una figura genial, como lo fue el bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda; éste vistió de hebrea por primera vez a la Virgen de la Hiniesta, de la hdad. del mismo nombre. Pronto se hizo popular en Sevilla, y se extendió fuera de sus propias fronteras a otras ciudades andaluzas y españolas. A Fernán Núñez tal vez no sean más de 20 años años que hacen desde su llegada, pero es cierto que se ha convertido ya en todo un clásico. Al ver a una imagen de la Virgen ataviada de hebrea enseguida caemos en la cercanía de la Semana Santa, y a la vez nos hace meditar de la sencillez y el despojo que deben caracterizar a la Cuaresma.
Este atavío se compone generalmente de saya roja de terciopelo, lisa, sin bordados; tocado de tul o tela blanca; fajín a base de rayas hebreas, y manto azul de raso o terciopelo con vueltas en blanco; la corona es sustituida ahora por un simple aro de estrellas o una diadema en su defecto. Su extrema sencillez nos recuerda sutilmente al atavío de las mujeres hebreas, y nos advierte de la necesidad de ser austeros, al menos en el tiempo cuaresmal.
Mª Stma. de la Hiniesta (Sevilla) Fue la primera imagen en ser vestida de Hebrea, por Juan Manuel Rodríguez Ojeda. En esta imagen vemos la talla que realizara Antonio Castillo Lastrucci en 1933 para sustituir la que anteriormente fue quemada por las Hordas Marxistas en Mayo de 1932; tres años más tarde esta imagen volvería a ser quemada, y el mismo autor realizó otra imagen similar, que se conserva hasta la actualidad. Tal vez por ser la primera en vestirse de hebrea, este atuendo se ha convertido en todo un clásico para esta hdad, tanto así que incluso llegó a procesionar el Domingo de Ramos vestida de esta manera en los años 60 del pasado siglo XX.
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